A la hora de decidir qué tipo de show ofrecer a nuestro público debemos considerar los espectáculos interactivos. No hay mejor forma de implicar a nuestros clientes o seguidores que haciéndoles participar en el evento que hemos organizado para ellos. Se sentirán implicados y agradecidos.

Tipos de instalaciones y espectáculos interactivos

En verdad, tantos como dé nuestra imaginación. Las posibilidades son casi infinitas. Lo que trataremos de procurar es elegir y adaptar aquél espectáculo que mejor se adapte a nuestro público. Por ejemplo, una de las últimas tendencias es la realidad aumentada (AR) y la realidad virtual (VR).

Realidad aumentada y realidad virtual

La realidad aumentada (AR) cambia radicalmente aquello que percibimos como real. La realidad virtual (VR) sustituye el mundo real tal y como lo conocemos con un mundo simulado, creado expresamente para la ocasión. Esto abre un sinfín de posibilidades creativas. Ambas tecnologías mejoran nuestra experiencia sensorial y la hacen más inmersiva. El contenido del show es casi inabarcable, ilimitado. Podemos montar un espectáculo sobre ciencias, medicina, arquitectura, deporte, seguridad, etc. La clave es incentivar la participación de los espectadores.

Videomapping y hologramas

Los hologramas son mágicos. Muestran y crean imágenes que flotan en el aire. Si combinamos su magia con el videomapping geométrico podemos crear una nueva realidad, la holoescultura. Se compone de materiales semi-translúcidos y holográficos y es fruto e la innovadora técnica Holomapping. Cuando personalizamos las proyecciones con el logo del cliente estamos aportando un valor añadido al espectáculo. Los espectadores identificarán a la marca con los valores que transmite el show: tecnología, modernidad, etc.

Instalaciones interactivas

Los espectáculos ineractivos deben tratar de lograr la participación del público, motivar su interacción. Si ubicamos una instalación concebida para ello, por ejemplo un túnel de mapping formado por miles de leds por el que las personas pueden pasar, habremos logrado un doble objetivo: que la instalación se prolongue en el espectador y se complete con su acción, y que el propio espectador participe del show.

Una variante muy interesante es el cubo interactivo, un espacio delimitado donde en su interior todo lo que ocurre es dinámico, interactivo y, en definitiva, mágico.

Es importante que este tipo de instalaciones sean modulares y adaptables, ya que no siempre podrán montarse en el mismo espacio.

Shows con elementos naturales

Una variedad de espectáculo que entusiasma es aquel en el que se combinan los diferentes sentidos: oído, tacto, vista… Por ejemplo, podemos recrear un bosque sensorial donde donde el sonido y el agua se mezclan y se alimentan el uno del otro para crear melodías de ensueño, y los visitantes pueden componer, remojando la punta de los dedos, canciones de hadas y duendes.

Juegos interactivos

Cuando el espectáculo se basa en el propio público, la palabra interactivo cobra todo su sentido. Los juegos interactivos más rompedores pueden llegar a crearse a partir de los movimientos y acciones del público. A través de sensores emplazados estratégicamente, se recoge el movimiento de los asistentes, o de los propios artistas, y las señales se transforman en arte visual.

Un espectáculo que siempre agrada es aquel que se adentra entre el público. Se rompe la cuarta pared y el show se crea y se vive desde la zona donde se encuentran los espectadores. Un ejemplo perfecto de esto son los espectáculos donde muñecos gigantes interactivos se deslizan entre la audiencia cosquilleando fantasías y barbillas en el camino.

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